Fue abandonada en el campo tras la temporada de caza .
La descubrieron unos vecinos acostada entre unos matorrales tratando de protegerse del frío. Ellos nos dieron aviso. Montó en el coche de una de nuestras voluntarias sin casi pedir permiso. Estaba agotada, en casa durmió durante horas y cuando despertó vio que había acabado su pesadilla, ya estaba a salvo.