Anabel fue abandonada en el refugio, la arrojaron por encima de la valla, a ella y a su compañera. las dos con un trajecito de lana. Su compañera no tuvo suerte, fue atacada por los perros de ese recinto y no sobrevivió. Anabel supo esconderse entre la vegetación y no tenía ni un rasguño cuando la encontramos, eso sí, muy asustada. Aquel mal trago ya quedó en el pasado,ahora es una perrita alegre y muy activa.
Dejar los perros en el refugio, sin consentimiento ni control por parte de los que lo gestionamos es un abandono, con riesgo de sufrir lesiones en la caída, al ser arrojados por encima de vallas de 2 metros, o de ser atacados por los perros que tenemos en acogida, que suelen ser bastante territoriales.